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Coastal & Estuarine Science News (CESN)Coastal & Estuarine Science News (CESN) es una publicación electrónica gratuita, que brinda resúmenes breves de artículos seleccionados de la publicación científica Estuaries & Coasts, que hace énfasis en las aplicaciones de gestión de los hallazgos científicos. Usted puede recibir las futuras publicaciones en el buzón de su correo electrónico cada dos meses ¡Regístrese hoy mismo! 2016 Julio (Español)ContentsZostera Marina al Rescate La zostera marina se encarga de absorber el amonio procedente del cultivo de ostras Por lo general, el cultivo de moluscos y los lechos de pastos marinos comparten la propiedad de los estuarios, de modo que es importante comprender de qué manera pueden afectarse mutuamente. Ahora bien, aunque numerosos estudios han demostrado impactos negativos de la acuicultura de moluscos, por lo menos, existe una forma en la cual la acuicultura de estas especies y los pastos marinos pueden trabajar bien, en forma conjunta. El amonio es un subproducto, potencialmente dañino, derivado del cultivo de ostras, el cual es excretado, directamente, por los bivalvos o producido a través de la remineralización de sus biodepósitos. De igual forma, el amonio es la fuente de Nitrógeno preferida de la Zostera Marina. Ante esto, cabría preguntarse ¿Es posible que la Zostera Marina pueda adaptarse a mayores concentraciones de amonio, que existen cerca de los cultivos de ostras, y absorber todo lo que estas excretan? Un estudio realizado en una bahía pequeña y poco profunda, de Baja California, donde se ha realizado el cultivo de ostras por 30 años sugiere que la respuesta es afirmativa. En este estudio, los investigadores examinaron la absorción de amonio en la Zostera Marina, en los lugares próximos a los cultivos de ostras y, aproximadamente, a 1 km de distancia. Se halló que las plantas que crecían en los lugares de cultivo de ostras tenían mayores tasas de absorción de amonio (NH4+), en sus hojas, que las plantas que se encontraban en el lugar de referencia. Esto indica que las plantas se han adaptado, fisiológicamente, a absorber, eficientemente, el amonio procedente de la excreción de los bivalvos. Los investigadores calcularon que sólo se requería, aproximadamente, el 3% del área de los lechos de zostera marina, presentes en la pequeña bahía, para absorber todo el amonio (NH4+) excretado por las operaciones de acuicultura, destacando el potencial de biofiltración de los lechos de zostera marina de la bahía. Se requiere comprender mejor las interacciones entre las operaciones de acuicultura y los lechos de pastos marinos. No obstante, los resultados de este estudio sugieren que se debe considerar el potencial de biofiltración de los lechos de pastos marinos cuando se desarrollen estrategias de gestión costera para reducir los impactos de las prácticas de la acuicultura de moluscos, en los sistemas costeros poco profundos. Fuente: Sandoval-Gil, J., A. Alexandre, R. Santos y V. F. Camacho-Ibar. 2016. Nitrogen uptake and internal recycling in Zostera marina exposed to oyster farming: eelgrass potential as a natural biofilter (Absorción y reciclaje interno de nitrógeno, en la Zostera Marina, expuesta al cultivo de ostras: potencial de la zostera marina como biofiltro natural). Estuaries and Coasts (mayo de 2016). DOI: 10.1007/s12237-016 -0102-4. Restauración de los Pastos Marinos: Perspectiva de la Pesca Estudio modela los efectos de la restauración del hábitat en la corvina pinta – los peces y la pesca – en la Bahía de Tampa Un proyecto de restauración de hábitats estuarinos puede lucir bien – por ejemplo, áreas de humedales o praderas de pastos marinos pueden crecer después de la replantación – pero resulta un poco difícil determinar si las áreas restauradas están funcionando de la misma forma en que lo hacía el hábitat original. Ahora bien, es , incluso, mucho más difícil profundizar dichos análisis y determinar si los hábitats restaurados está brindando “bienes y servicios ecosistémicos”, beneficios que recaen sobre la sociedad producto del buen funcionamiento de los ecosistemas. Un reciente estudio examinó la influencia de la restauración de los pastos marinos, en la Bahía de Tampa, en la provisión de un servicio ecosistémico de ese tipo: la pesca recreativa de la corvina pinta (Cynoscion nebulosus), la presa más popular de la región para los pescadores recreativos. Al adaptar un modelo, originalmente, desarrollado para describir la elección del hábitat de los juveniles, los investigadores observaron la forma en que los peces se movían entre los parches de hábitat, basados en los parámetros físicos y de vegetación de cada parche, tales como la temperatura y la salinidad, y cuantificaron el crecimiento y mortalidad resultante de los peces. En este estudio, se examinó dos años de escenarios de cobertura de pastos marinos, a saber: 1950, cuando los pastos marinos eran relativamente abundantes y que se usó en representación de una fecha futura, en la que la restauración del hábitat permita recuperar los niveles del área de los pastos marinos que había en 1950, y 1990, cuando los pastos marinos se encontraban en su nivel más bajo, en la bahía de Tampa. Asimismo, los cambios en la temperatura y la salinidad, basados en los patrones de lluvias originados por el clima, se encontraban superpuestos en estos dos escenarios. Por su parte, un submodelo asociado con el pescador examinó el éxito de la pesca en el sistema: los pescadores, que fueron adaptados al modelo, eligieron lugares de pesca basados en la profundidad y la presencia de pastos marinos. Los resultados de este estudio indicaron que el efecto de la restauración de los pastos marinos a los niveles de 1950 es positivo, tanto para el pez como para la pesca: la mayor respuesta ante la restauración de los pastos marinos (mejores tasa de crecimiento y supervivencia del pez, así como mejores tasas de éxito en la pesca) ocurrió en condiciones de salinidad y temperatura promedio en comparación con los años extremadamente secos o húmedos. Estos hallazgos muestran que la restauración de los pastos marinos puede ser buena, tanto para los peces como para la pesca, aunque, es posible, que el alcance de la respuesta, así como los mejores lugares de la Bahía para la restauración dependan de la variabilidad del clima. Fuente: Fulford, R. S., M. Russell y J. E. Rogers. 2016. Habitat restoration from an ecosystem goods and services perspective: application of a spatially explicit individual-based model (Restauración del hábitat desde una perspectiva de bienes y servicios ecosistémicos: aplicación de un modelo espacialmente explícito y basado en el individuo). Estuaries and Coasts (abril de 201 6). DOI: 10.1007/s12237-016-0100-6. Los arrecifes de ostras, que crecen perpendiculares a las corrientes de marea, tienen mayores probabilidades de subsistir Las ostras como ingenieros de ecosistemas que son, crean estructuras que sirven de hábitat, no sólo para más ostras, sino también para una diversidad de especies. Estos bivalvos modifican el ambiente físico, moderando las corrientes y alterando la dinámica de los sedimentos, lo que forma parte de un proceso que se autoperpetúa y que contribuye a la formación de arrecifes. A medida que la restauración de los arrecifes de ostras deviene más popular, en las áreas costeras, a nivel mundial, es importante observar las características de los arrecifes naturales de éxito, de modo que los arrecifes artificiales, creados por el hombre, tengan mayores probabilidades de lograrse. Un equipo de investigadores observó que, históricamente, los arrecifes adoptan uno de los tres tipos de morfología que se describen a continuación: los arrecifes que crecen perpendiculares a las corrientes de marea predominantes; los arrecifes de franja o marginales, que crecen paralelos o bordeando la costa y los arrecifes de parche, que crecen formando parches o montículos irregulares. En este estudio, los investigadores construyeron arrecifes experimentales, en estas configuraciones, en dos pequeños tributarios de la Bahía de Chesapeake, y midieron el crecimiento de los arrecifes, así como las condiciones hidrodinámicas en torno a ellos. Se determinó que los arrecifes paralelos y perpendiculares conservaron su área; mientras que los arrecifes de parche se redujeron durante el transcurso de los dos años del estudio. La velocidad de la corriente y las cargas de sedimentos en suspensión fueron mayores, próximas a los arrecifes perpendiculares, ambos factores contribuyen con la subsistencia de los arrecifes a través del transporte del alimento y el oxígeno a las ostras y la remoción de los residuos y la tapadura de la sedimentación. En base a estos resultados, los investigadores concluyeron que la orientación perpendicular de los arrecifes es más favorable y que se debe evitar las configuraciones de arrecifes en forma circular. No obstante, se requieren estudios adicionales sobre el ámbito de influencia de un arrecife individual con el fin de determinar la separación óptima de múltiples arrecifes en un sistema. Fuente: Colden, A. M., K. A. Fall, G. M. Cartwright y C. T. Friedrichs. 2016. Sediment suspension and deposition across restored oyster reefs of varying orientation to flow: implications for restoration (Depósitos y suspensión de sedimentos en arrecifes de ostras restaurados, de diversa orientación a la corriente: implicaciones de la restauración). Estuaries and Coasts (mayo de 2016). DOI: 10.1007/s12237-016-0096-y. Reclamando Información sobre el Ciclo de Nutrientes ¿De qué forma la acuicultura de almejas afecta los presupuestos de carbono y nitrógeno? A medida que la acuicultura de bivalvos se expande a nivel mundial, también crece el interés por utilizar el cultivo de estos organismos filtradores como una herramienta para extraer nutrientes de los sistemas eutróficos. Las almejas, los mejillones y las ostras secuestran el carbono y filtran el exceso de nutrientes y fitoplancton y, luego, estos nutrientes acumulados son eliminados del sistema durante la cosecha. Por otro lado, excretan carbono y nitrógeno y sus biodepósitos incentivan los procesos microbianos en los sedimentos, contribuyendo, posiblemente, con la degradación de la calidad del agua. Se requiere tener una mayor compresión sobre los efectos netos del cultivo de bivalvos en los ciclos de carbono y nitrógeno, especialmente, debido a que, es probable, que dichos efectos sean para un lugar específico, dependiendo del tiempo de residencia del agua y la productividad primaria, entre otros factores. Un reciente estudio examinó los efectos de la acuicultura de la chirla mercenaria (mercenaria mercenaria) en los procesos del carbono y nitrógeno, en un ambiente mareal poco profundo (apropiadamente denominado Cherrystone Inlet), de la Bahía de Chesapeake, adoptando, ante la pregunta, un enfoque de presupuesto del ecosistema. En este estudio, se calculó los números y biomasa de las almejas, en el sistema, usando la fotografía aérea. Asimismo, se comparó las tasas fisiológicas de las almejas (filtración, respiración y agestión) con los cálculos de la producción primaria, la regeneración de nutrientes y la respiración a nivel de toda la cuenca, y se usó un modelo para calcular los aportes de nutrientes al sistema, procedentes del exterior de la ensenada. Los resultados indicaron que, en cierto modo, la acuicultura de almejas contribuye con la eutrofización: la acuicultura dio como resultado grandes flujos de nitrógeno y carbono, de los sedimentos a la columna de agua, que fueron 3 y 1.5 veces, respectivamente, mayores que la cantidad de nitrógeno y carbono, que es removida por la cosecha de almejas, en forma anual. Este flujo estaba asociado con mayores tasas de producción de macroalgas y microalgas bentónicas en la ensenada. No obstante, las noticias no fueron del todo negativas: aunque los lechos de almejas ocupan sólo el 3% del área de la superficie de la bahía, estos filtraron 7 a 44% de la columna de agua diariamente, lo cual significa entre 2 y 14 días para filtrar todo el sistema. Asimismo, consumieron el equivalente de 103% de la producción de fitoplancton de la bahía, lo cual indica que dependen del fitoplancton importado de la Bahía de Chesapeake. Por consiguiente, al igual que en este estudio, el cultivo de almejas puede ejercer una gran influencia en los ciclos de carbono y nitrógeno, y es sumamente importante que los encargados de la gestión costera consideren el contexto ecológico cuando evalúen los efectos de la eutrofización. Fuente: Murphy, A. E., K. A. Emery, I. C. Anderson, M. L. Pace, M. J. Brush, and J. E. Rheuban. 2016. Quantifying the effects of commercial clam aquaculture on C and N cycling: an integrated ecosystem approach (Cuantificando los efectos de la acuicultura comercial de almejas en los ciclos de carbono y nitrógeno: enfoque integrado de los ecosistemas). Estuaries and Coasts (mayo de 2016). DOI: 10.1007/s12237-016-0106-0.
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