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Coastal & Estuarine Science News (CESN)

Coastal & Estuarine Science News (CESN) es una publicación electrónica gratuita, que brinda resúmenes breves de artículos seleccionados de la publicación científica Estuaries & Coasts, que hace énfasis en las aplicaciones de gestión de los hallazgos científicos.

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2018 Marzo (Español)

Contents

¿Acaso las Praderas Marinas Proporcionan Refugio Contra la Acidificación de los Océanos?
Evaluando las Respuestas de las Comunidades de Peces ante la Sequía
Beneficios de las Costas Vivas a las Comunidades del Bentos 
Carbono Azul en la Bahía de Tampa


¿Acaso las Praderas Marinas Proporcionan Refugio Contra la Acidificación de los Océanos?

La capacidad tampón o buffer de los pastos marinos podría ser limitada

La acidificación de los océanos hace que sea más difícil para muchos organismos marinos desarrollar y mantener sus caparazones y esqueletos. Se ha especulado que los hábitats marinos altamente productivos, tales como las praderas marinas, podrían ofrecer refugio contra los efectos de la acidificación de los océanos, gracias a su capacidad para lograr la mineralización del exceso de dióxido de carbono y aumentar localmente el pH del agua del mar. Con la finalidad de poner a prueba esta idea, los autores de un nuevo estudio evaluaron dos hábitats muy distintos de pastos marinos, uno situado en Bailey´s Bay (bahía de Bailey), en Las Bermudas y el otro en Mission Bay (bahía de la Misión), en San Diego, California.

En este estudio, los investigadores examinaron la capacidad de los lechos marinos para proveer amortiguación local contra los efectos de la acidificación en cada uno de los sitios, recogiendo información sobre la química del agua a nivel espacio-temporal, en cada sitio, junto con una combinación de registradores de datos autónomos y encuestas basadas en barcos.  El oxígeno disuelto (OD), el carbono inorgánico disuelto (CID) y el pH variaron de acuerdo a los ciclos diarios, en ambos sitios, aumentando y disminuyendo en patrones que sugerían que los procesos metabólicos de los pastos marinos, tales como la respiración y la fotosíntesis, fueron sus principales impulsores. Estos factores también variaron, a nivel espacial, en cada sitio, así como la alcalinidad total. Aunque, la alcalinidad se vio afectada por los ciclos de marea y los cambios en la salinidad, antes que por el metabolismo de los pastos marinos.

La respuesta del pH durante el estudio muestra que los procesos metabólicos de los pastos marinos poseen efectos locales perceptibles. No obstante, aunque pudiesen ocurrir pequeños beneficios durante el punto pico de la fotosíntesis, estos efectos podrían, realmente, revertirse durante la noche, ya que el pH disminuye durante los momentos del punto pico de la respiración. Finalmente, las praderas marinas podrían no ser la panacea que algunos han esperado. Asimismo, se necesita mayores estudios para evaluar cómo varía la química del agua en los lechos de pastos marinos, a lo largo de periodos más prolongados de tiempo.

Fuente: Cyronak. T., A.J. Andersson, S. D’Angelo, P. Bresnahan, C. Davidson, A. Griffin, T. Kindeberg, J. Pennise, Y. Takeshita y M. White. 2018. Short-Term Spatial and Temporal Carbonate Chemistry Variability in Two Contrasting Seagrass Meadows: Implications for pH Buffering Capacities (Variabilidad espacio-temporal, a corto plazo, en la química del carbonato en dos praderas marinas distintas: implicaciones para las capacidades buffer del pH). Estuaries and Coasts. DOI: 10.1007/s12237-017-0356-5


Evaluando las Respuestas de las Comunidades de Peces ante la Sequía

La sequía altera las comunidades de peces en el estrecho del Mississippi

En el Golfo de México, el 80% de las pesquerías de importancia comercial y recreativa, dependen de los estuarios. Sin embargo, cuando el flujo de agua dulce al estuario disminuye debido a la sequía, sus características físicas y biológicas cambian y, junto con estas, las especies de peces que sostiene- Ahora bien, a medida que la frecuencia de las sequías aumenta, debido al cambio climático, se hace cada vez más importante comprender cómo es que estas pueden alterar las comunidades de peces.

Los investigadores que trabajan en el estrecho del Mississippi realizaron muestreos mensuales en toda la región, desde el 2006 al 2014, recogiendo peces y registrando la información sobre la temperatura del agua, la salinidad, la claridad y el oxígeno disuelto. Ahora bien, aunque el Índice de Severidad de la Sequía de Palmer (PDSI, por sus siglas en inglés), clasificó los años 2006, 2007 y 2011 como años de sequía para esta área, en el 2011, el estuario no se vio muy afectado, quizás, debido a que grandes cantidades de agua dulce fueron liberadas a través de un vertedero al lago Pontchartrain (Luisiana, EE.UU.) durante ese año. No obstante, en el 2006 y el 2007, el estuario experimentó una temperatura del agua, claridad y salinidad más alta que el promedio y albergó distintos ensambles de especies, que en los años donde no hubo sequía. De ocho especies individuales de peces, que fueron fuertemente afectados por la sequía, la abundancia de siete especies disminuyó durante las condiciones de sequía, mientras que sólo una especie, la Lisa blanca[1]  (Mugil curema), pareció ser más abundante.

Las condiciones de sequía alteran claramente las comunidades de especies de peces, y las actividades antropogénicas, que simulan las condiciones de sequía (extracciones de agua de los acuíferos, embalses del caudal, etc.) probablemente, tengan resultados similares. Los investigadores esperan que, monitoreando cómo afecta un flujo bajo a las comunidades de peces, podría ayudar a orientar la toma de decisiones de gestión costera, río arriba, durante los años de sequía.

Fuente: Mickle, P.F., J.L. Herbig, C.R. Somerset, B.T. Chudzik, K.L. Lucas y M.E. Fleming. 2018. Effects of Annual Droughts on Fish Communities in Mississippi Sound Estuaries (Efectos de las sequías anuales en las comunidades de peces en los estuarios del estrecho del Mississippi). Estuaries and Coasts. DOI: 10.1007/s12237-017-0364-5


[1] También se le conoce como Múgil blanco.


Beneficios de las Costas Vivas a las Comunidades del Bentos

Los bivalvos aumentan después de la creación de costas vivas en la bahía de Chesapeake

Por lo general, las estructuras de protección costera se instalan con la finalidad de reducir los efectos del aumento del nivel del mar (ANM) y la erosión costera. La necesidad de alternativas eco-amigables al reforzamiento tradicional de la línea costera ha hecho que aumente el interés en las “costas vivas”, que, comúnmente, incluyen el uso de materiales naturales. No obstante, pocos estudios han evaluado los servicios ecosistémicos que prestan los proyectos de costas vivas. Para conocer más al respecto, un reciente estudio monitoreó los efectos de la creación de costas vivas en las comunidades bentónicas de la bahía de Cheasapeake (EE.UU.)

En este estudio, los investigadores recogieron muestras anuales de la fauna que habita en los sedimentos en dos sitios de estudio – uno donde una “costa viva” reemplazó un muro de contención existente y otro donde se trabajó para estabilizar la línea de costa erosionada de una marisma salina – antes de la creación de este tipo de costa y por dos a tres años después. Asimismo, recogieron muestras en sitios de control cercanos con fines de comparación. Los resultados fueron variables, pero sugirieron que la creación de costas vivas alteró las comunidades bentónicas locales hasta parecerse más a las comunidades de las marismas adyacentes. Por lo general, la densidad y biomasa de las almejas aumentó, especialmente, en el segundo año, después de la creación de las costas vivas. Esto fue especialmente alentador, ya que la presencia de bivalvos puede ser un indicador importante de un ecosistema saludable. Ahora bien, aunque la densidad  y biomasa de los poliquetos[1]  (Polychaeta) disminuyó, un aumento al final del estudio indicó, que, con el tiempo, también podían recuperarse.

Apreciar todos los beneficios de la creación de costas vivas toma tiempo. Además, los autores recomiendan realizar estudios futuros a mayor plazo. No obstante, los resultados del estudio muestran que las costas vivas pueden proporcionar beneficios a las comunidades bentónicas y sugieren que deben continuar siendo consideradas como una alternativa al reforzamiento tradicional de la línea costera.

Fuente: Davenport, T.M., R.D. Seitz, K.E. Knick, y N. Jackson. 2018. Living shorelines support near-shore benthic communities in upper and lower Chesapeake Bay (Las costas vivas sostienen las comunidades bentónicas litorales en la parte superior e inferior de la bahía de Chesapeake). Estuaries and Coasts. DOI: 10.1007/s12237-017-0361-8


[1]  También se les conoce como gusanos marinos.


Carbono Azul en la Bahía de Tampa

La expansión de los manglares ha aumentado el secuestro de carbono

El término carbono “azul” hace referencia al carbono almacenado en los suelos y la biomasa de las plantas de los humedales costeros. Estos hábitats secuestran o capturan, en forma desproporcionada, grandes cantidades de carbono, especialmente, en hábitats costeros, tales como los bosques de manglar, que acumulan ricos depósitos de turba. No obstante, la pérdida de manglares en muchas áreas ha incentivado el creciente interés por preservarlos y cuantificar su valor.

En el área de la bahía de Tampa (Florida, EE.UU.), los investigadores recogieron núcleos de suelo y registraron las características de la vegetación en dieciséis sitios, que incluían, bosques de manglar, marismas salinas y salares. El stock de carbono orgánico total (COT), en manglares alrededor de la bahía de Tampa tuvo un promedio de 134 megagramos por hectárea (Mg/ha), junto con las marismas salinas y los salares con un promedio de 66 y 27 megagramos por hectárea (Mg/ha), respectivamente. En todos los tres tipos de hábitats, la mayor parte de este tipo de carbono fue almacenado bajo tierra. Asimismo, no hubo una diferencia significativa en los stocks o almacenes de carbono orgánico total (COT) entre los bosques de manglar, naturales y restaurados, probablemente, debido a que los bosques de manglar naturales del área son relativamente jóvenes y han experimentado perturbaciones antropogénicas significativas.

Actualmente, los manglares comprenden el 74% de los humedales costeros en el área de la bahía de Tampa, pero este es un desarrollo reciente, junto con la conversión de áreas de marismas salinas que fueron reemplazadas por manglares en el último siglo. Asimismo, los manglares de la bahía de Tampa secuestran una menor cantidad de carbono que aquellos que se encuentran en cualquier parte del mundo. Los investigadores atribuyen esto a la ubicación en el límite septentrional de su área de distribución, así como al clima relativamente seco. No obstante, a pesar de esto, la expansión de los manglares ha dado como resultado el secuestro de aproximadamente 141.000 megagramos de carbono adicionales en los humedales costeros de la bahía de Tampa, en los últimos 140 años.  Los autores del estudio refieren que el futuro depende de que tan bien estos hábitats se adapten al aumento del nivel del mar – con el fin de que puedan migrar tierra adentro y continuar secuestrando carbono. Asimismo, refieren que estos hábitats tendrán necesidad de una “zona buffer” protegida para que puedan migrar tierra adentro, en respuesta al aumento del nivel del mar.

Fuente: Radabaugh, K.R., R.P. Moyer, A.R. Chappel, C.E. Powell, I. Bociu, B.C. Clark y J.M. Smoak. 2018. Coastal Blue Carbon Assessment of Mangroves, Salt Marshes, and Salt Barrens in Tampa Bay, Florida, USA (Evaluación del carbono azul costero de los manglares, marismas salinas y salares/salinas  en la bahía de Tampa (Florida, EE.UU.)). Estuaries and Coasts. DOI: 10.1007/s12237-017-0362-7